La Rambla de Barcelona es un conjunto de patrimonio inmaterial que concentra una gran parte de la historia de la ciudad. A lo largo de los años se ido convirtiendo en un importante paseo hasta llegar a ser un referente de la ciudad, tanto para sus vecinos como para la gente que la visita. En la actualidad es un espacio que recibe muchas personas, como destino de encuentro, como zona de paso u como eje vertebrador de actividades periféricas.
La complejidad de este espacio genera conflictos y problemáticas a sus usuarios, provocando la pérdida del uso implícito de una rambla de estas características: el paso y disfrute de la ciudad. Así pues, mientras el turismo presiona el espacio, los barceloneses lo eluden cada vez más.
Factores como el elevado grado de ocupación de la superficie, el uso intensivo de turistas o la pérdida de relación entre ambas fachadas impiden la correcta convivencia entre usuarios y rebajan la calidad del espacio urbano.
En este contexto, parece idóneo iniciar una actuación integral desde una óptica global con el objetico de preservar a la vez los aspectos físicos y el imaginario de La Rambla, es decir, de preservar el patrimonio inmaterial de la misma.
Con el plan especial, que se redacta conjuntamente con Garrigues Advocats, se definen las herramientas y se establecen los criterios que permitirán a la administración gestionar los espacios emblemáticos urbanos en el ámbito de La Rambla mediante la regulación de cinco bloques: ocupaciones existentes, movilidad, infraestructuras, condiciones concretas de urbanización del paseo y edificaciones adyacentes.
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