Modelo Teórico de Peatones: ¿Cómo funcionan las ciudades?
A la hora de analizar cualquier espacio público, no podemos centrarnos sólo en sus cualidades físicas, sino que también tenemos que pensar en su funcionalidad. Hace falta saber qué función social tiene este espacio y cómo lo utilizamos sus usuarios.
Las personas conformamos el alma del espacio público y su carácter lo determinan nuestras acciones. Las necesidades y voluntades de los usuarios acaban definiendo la movilidad de las ciudades. Entender estos comportamientos y cuantificar la movilidad de las personas será imprescindible a la hora de planificar, diseñar y gestionar el espacio público. ¿Es suficiente la amplitud de las aceras en relación a la cantidad de gente que las utiliza? ¿Hacen falta más paradas de autobús? ¿Falta mobiliario urbano? ¿Qué pasaría si se cortase el tránsito en una calle determinada?
Podemos cuantificar la movilidad de peatones haciendo aforamientos en algunos puntos estratégicos y saber cuánta gente circula en lugares determinados, pero cuantificar la movilidad real en cada punto de la ciudad es una tarea prácticamente imposible. ¿Qué sucede en el resto de tramos de calle? ¿Cómo podemos extrapolar los datos obtenidos y hacer una hipótesis de la movilidad en cada punto de la ciudad?
¿Somos capaces de entender cómo funciona una ciudad?
El primer paso para entender cómo funciona una ciudad es analizar cómo está configurado su espacio público, qué características tiene, cómo influye en la movilidad de peatones lo que sucede en el espacio privado. Si hay oficinas, hay gente que va a trabajar. Si hay metro, hay gente entrando y saliendo de la parada. Si hay universidades, hay estudiantes.
¿Cuáles son los componentes de la ciudad que influyen en la movilidad de peatones?
Hay muchos componentes urbanos que influyen en la movilidad de peatones: la presencia de zonas verdes y equipamientos, la red de transporte público, la presencia de actividades económicas, la cantidad de viviendas, la topología de la red urbana… Todos estos parámetros son generadores, en menor o mayor medida, de desplazamientos de los ciudadanos.
Caso de estudio: “L’Esquerra de l’Eixample” de Barcelona
“L’Esquerra de l’Eixample” tiene 58.000 habitantes y una densidad de 430 habitantes por hectárea. Pero, ¿cómo funciona su espacio público? Este fue el reto que se nos planteó cuando nos hicieron este encargo.
Para empezar, hicimos aforamientos en puntos estratégicos para saber cuánta gente circulaba en estos lugares concretos. En segundo lugar, localizamos los componentes que influían en la movilidad de peatones. Una vez entendidos y localizados, determinamos la influencia que tenían cada uno de ellos en cada tramo de calle, en función de la proximidad a cada componente y de sus características.
Cuando tuvimos parametrizado cada tramo de calle, buscamos la relación que se establecía entre los aforamientos reales y las características físicas y funcionales de cada tramo, para después extrapolar los datos según las propiedades del resto de segmentos de la trama. De este modo, obtuvimos un modelo teórico de la movilidad de peatones en “l’Esquerra de l’Eixample” de Barcelona.